El Castillo Medieval del barrio de Floresta (Buenos Aires)

Una joya arquitectónica que sobrevivió gracias al compromiso de los vecinos.

Turismo 13/11/2022 Pablo Gentilcore Pablo Gentilcore

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Este imponente castillo de estilo victoriano, gótico e inglés fue construido en el año 1.906 con materiales traídos exclusivamente desde Europa. Sin dudas con el paso del tiempo fue convirtiéndose en la atracción principal del barrio porteño de Floresta, más precisamente ubicado en calle Dolores 438. La propiedad está rodeada de un frondoso jardín con pequeños arbustos, ligustrinas y rosales. 

Al frente fuertes rejas artesanales lo separan de la vereda, un portón con ingreso vehicular y una puerta donde nace un camino que más adelante se convierte en escalera para así llegar a la puerta principal de madera cuidadosamente trabajada que invita al ingreso interior, el mismo cuenta con habitaciones, cuartos de baños y hall de distribución en la planta alta; una típica sala de música, comedor, cocina en la planta baja y dependencias de servicio en otras áreas de la vivienda.

Predominan dos colores en su fachada, el naranja ladrillo y un blanco al que las inclemencias del tiempo lo fueron oscureciendo de a poco. Sus enormes ventanales con celosías de madera adornan el frente, pero es imposible dejar de contemplar la torre principal con su maravillosa cúpula.

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En 1808 esas tierras eran una chacra que pertenecían a Norberto de Quirno y Echandía, un lechero de origen vasco, muy famoso, que empleaba a más de 100 esclavos y estaba casado con María Manuela González de Noriega y Gómez Cueli, proveniente de una familia muy pudiente de aquella época”, detalla Arnaldo Miranda Tumbarello, historiador y presiente de la Junta de Historia y Cultura Floresta. En 1.887 el barrio toma el nombre de un viejo almacén ubicado cerca de la estación del Ferrocarril del Oeste, en Bahía Blanca y Chilecito.

Más adelante la propiedad pasó a manos de Vicente Celestino Silveyra, quien estaba casado con Antonia Vivot. Ambos apellidos pertenecían a familias de la alta sociedad, accionistas de los primeros bancos que se instalaron en la ciudad de Buenos Aires. 

Un supermercado chino, una peluquería, un lavadero de ropa, kioscos y una rotisería funcionan en la misma cuadra pero la casona parece detenida en el tiempo. En mayo de 2.009 una desarrolladora intenta comprar el inmueble para demolerlo y plantar allí un edificio torre de departamentos, fue es ese momento que indignados y preocupados, un grupo de vecinos denominados "Salvar a Floresta" deciden recurrir a la justicia  presentando una denuncia ante la Dirección General de Interpretación Urbanística del Gobierno de la Ciudad, y en la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura.

La acción fructificó rápidamente. Luego de realizar un estudio técnico, el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales consideró que dicha propiedad merece su catalogación con Nivel de "Protección Estructural" atento a los valores urbano ambientales que posee. Con esta contestación queda oficializada la protección y la imposibilidad de demolición o cambio sustancial de la casona.